Cuando aprendemos a dibujar, los profesores nos enseñan trucos para copiar la realidad en un folio. Uno de ellos es la subdivisión de un objeto en formas geométricas. Por ejemplo: dibujar un bodegón. En lugar de hacer el contorno de cada fruta, dejándolo todo en manos de la habilidad visual de cada uno, se pueden hacer formas volumétricas que contengan cada figura.
Pues bien, teniendo en cuenta la importancia del dibujo en la Arquitectura, pensamos que para proyectar un edificio podemos aplicar el mismo método.
Cualquier casa que veamos la debemos dividir en cubos, esferas, cilindros, etc. Juntándolos todos de manera apropiada, dará lugar a esa casa.
Lo mismo sucede con la casa Mirador. Esta se puede dividir en varios prismas, algún que otro cubo, cilindros... Y todo a una escala humana, definida ya por los griegos.
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